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martes, 19 de noviembre de 2013

Como se hacen los Mantecados

Ya falta menos para la Navidad y si las cadenas de supermercados se permiten el lujo de decorar sus fachadas dos meses antes... yo también me puedo permitir poner desde ya mis recetas repostería navideña.
Hoy es el turno del mantecado. El mantecado, tal y como su propio nombre indica, es un dulce en el cual se utiliza manteca. La manteca de cerdo se utiliza para preparar algunos de los dulces más populares del país como por ejemplo... Mantecados! Un dos tres... Responda otra vez! Mantecados! Polvorones! Nevaditos! Magdalenas, Galletas... Helados! Ensaimadas... y podríamos seguir un buen rato más.
Hace poco expliqué como preparar turrón blando y los mazapanes, ahora le toca al mantecado. Posiblemente sea el más sencillo de los tres. Existen muchas variedades diferentes de mantecado con sus respectivos subgéneros y posteriores subespecies. Yo voy a explicaros como se hacen algunos de los más populares y vosotros elegís el que más os guste.

MANTECADOS TRADICIONALES




INGREDIENTES PARA 10 A 13 MANTECADOS
  • MANTECA DE CERDO BLANCA 80g
  • HARINA DE TRIGO 160g
  • AZÚCAR 50g
  • 1/8 DE RALLADURA DE LIMÓN
  • 1 PIZCA DE SAL
  • 25ml DE MISTELA O MOSCATEL
Preparación

1. Ponemos en un bol el azúcar con la manteca de cerdo y vamos amasando, posteriormente vamos incorporando la harina y la sal. Cuando la masa este cogiendo consistencia añadimos poco a poco la ralladura de limón para evitar el efecto pegote. Por último llenamos una copita de mistela y ponemos 25 ml en la masa y el resto para nosotros. Sigue amasando y al final tendrás una bola homogénea. Para que coja más consistencia y se haga mejor al horno envuelve la masa en papel transparente y déjala una hora en el frigorífico. Este consejo lo puedes aplicar siempre que hagas masa para galletas o mantecados.




2. Sacamos la masa del frigo y comenzamos a estirarla con un rodillo. La dejamos del grosor de un dedo y medio, o como a ti te guste. Yo usé unos moldes de galletas para darles forma circular. 



3. Metemos los mantecados al horno a 210ºC con función arriba y abajo, en zona del medio durante unos 14 minutos. Cuando lleve 10 minutos deja solo la parte de arriba del horno. Así evitarás que se tueste demasiado por debajo.


Ahora lo decoramos con azúcar y listo. También puedes usar algún glaseado para dejarlos más bonitos. Este mantecado tiene consistencia media y no lleva casi azúcar. Están muy ricos sin ser espectaculares. Son los de toda la vida, sencillos pero muy ricos y fáciles de preparar.

MANTECADOS DE ANTEQUERA



INGREDIENTES
  • MANTECA BLANCA DE CERDO 250g
  • AZÚCAR 200g 
  • HARINA DE TRIGO 500g
  • ALMENDRA TOSTADA Y MOLIDA 150g
  • CANELA EN POLVO 1 CUCHARADA
Preparación

1. Tostar la harina. Para ello pondremos papel de hornear sobre una bandeja de horno. Extendemos la harina y la metemos al horno, que debe estar precalentado a 130ºC. Removemos cada diez minutos durante 40 o 50 minutos. Debe quedar de color canela. Mezclamos la harina sobre la misma bandeja con la almendra molida. Después dejamos enfriar la mezcla.
2. Ponemos la manteca de cerdo en un cazo y la derretimos a fuego lento. Después la espumamos con unas varillas batiendo con fuerza. Puedes usar la batidora eléctrica sin problema. Una vez que está derretida la ponemos en un bol y añadimos el azúcar y la canela. Seguimos removiendo sin parar y vamos añadiendo progresivamente la mezcla de harina tostada y harina de almendra. Va a llegar un momento en el que tendrás que dejar a un lado las varillas y amasar con las manos. 
3. Cuando la masa ya es homogénea se extiende sobre una superficie plana y se alisa con un rodillo. Debe quedar un grosor de entre 1 y 2 dedos. Si tienes moldes puedes usarlos para cortar la masa, si no siempre puedes usar un vaso o una taza de café. Ponemos los mantecados en una bandeja de horno forrada con papel y metemos a calentar a 170ºC durante 7 minutos. Hay que dejarlos enfriar y ya están listos para comer.

Este otro mantecado es un poco más compacto pero no mucho más. Al tostar la harina el mantecado queda crujiente por fuera y mantecoso por dentro. Además estos mantecado se conservan durante mas tiempo precisamente por el tema de la harina tostada. 

MANTECADOS DE LIMÓN



INGREDIENTES
  • HARINA DE REPOSTERÍA 500g
  • MANTECA DE CERDO BLANCA 250g
  • AZÚCAR GLASÉ 250g
  • LA RALLADURA DE MEDIO LIMÓN 
Preparación

1. Aquí también tostamos la harina pero lo haremos a 170ºC durante una hora. Removiendo cada diez minutos para que el tueste sea homogéneo. 
2. Mezclamos el azúcar con la manteca de cerdo y la ralladura de limón. Amasamos bien.
3. Añadimos la harina tostada progresivamente y seguimos amasando. El resultado será una masa que podemos estirar sobre la mesa de la cocina. Ahora como en los otros casos tienes que elegir tu molde. Yo uso muchos juguetes de mi hija. Los lavo bien y son moldes perfectos... figuritas con estrellas, rombos, triángulos, círculos... si no tienes moldes de ningún tipo usa la taza de café, si no tienes taza de café eres un triste y no mereces hacer mantecados... 
4. Los metemos al horno sobre una bandeja forrada con papel de hornear. Usaremos la función solo arriba a la máxima potencia durante muy poco tiempo. Entre dos y cinco minutos, lo justo para que se sequen y no se quemen. Los dejamos enfriar y espolvoreamos azúcar glass sobre ellos. Ya está listos. 


Esta receta de mantecados no lleva almendra y si limón. También puedes ponerle almendra. Tendrías que añadir 250g . Salen un poco más frágiles pero con un sabor muy rico. 

MANTECADOS DE MISTELA O VINO DULCE



INGREDIENTES
  • MISTELA O MOSCATEL 1 VASO
  • AZÚCAR 40g
  • AZÚCAR GLASSE PARA ESPOLVOREAR
  • MANTECA DE CERDO BLANCA 200g
  • HARINA DE REPOSTERÍA 400g
Preparación

1. Mezclar en un bol la manteca, la mistela, azúcar normal y la harina. Extender la masa con un rodillo sobre la bancada con un rodillo. Dejar un grosor de dedo y medio. Sacar las figuritas con los moldes y meter en el horno a 180ºC durante al menos 15 minutos. 
2. Sacamos del horno dejamos enfriar y espolvoreamos con azúcar glass y si quieres un poquito de canela.

Estos mantecados se suelen hacer tradicionalmente con forma de rosquilla usando dos moldes redondos de distinto tamaño. Pero no pasa nada si tienen forma cuadrada. 

Podría seguir explicando recetas de mantecados por mucho rato. En algunos casos suelen decorarse con una almendra en la parte superior, eso se solía hacer para diferenciar los de almendra de los que no la llevan. También se les puede poner por encima semillas de sésamo tostadas. Los hay incluso de cacao. Para hacerlos de cacao sustituye una parte de la harina por cacao en polvo y listo. 

¿QUÉ BEBEMOS? 

Vino dulce, mistela, moscatel o un jerez son la mejor opción. También un anís, licores de hiervas y como no... un café. Yo no tomo café que me subo por las paredes... así que me ponéis un café con leche con la leche fría, gracias.

HISTORIA Y ORIGEN

El origen de los mantecados tiene su polémica. Dos localidades consideran que fueron las primeras en comenzar a elaborar este dulce Antequera y La Estepa. La cuestión es que aunque las primeras referencias escritas se remontan al siglo XVI existe la certeza de que en Antequera ya eran elaborados desde hacía más tiempo. El origen en este caso y como excepción parece no ser árabe, el motivo de esta afirmación es un ingrediente, la manteca de cerdo. Al parecer comenzaron a prepararse debido a un excedente en los dos componentes claves de los mantecados harina y manteca. Durante años Antequera fue la proveedora oficial de la Casa Real. 

Con el paso del tiempo el consumo de estos dulces se fue popularizando y extendiendo desde el interior de Andalucía al resto de la geografía ibérica. Pero no fue hasta el siglo XIX cuando se comenzaron a fabricar con ambición comercial. ¿Fueron doña Filemona Micaela Ruiz y su marido los primeros comerciantes de mantecados? Parece ser que así fue. El marido de Filemona era carretero y llevaba mercancías desde La Estepa hasta Córdoba para venderlas en el mercado y allí comenzaron a comercializarse los primeros mantecados.
A principios del siglo XX La Estepa ya contaba con varias fábricas que incluso comenzaban a comerciar con otros países. 

Actualmente es un dulce imprescindible en cualquier mesa navideña. Aunque los mantecados son populares de otras festividades. 


MANTECADOS O... POLVORONES


Muchos estaréis con la mosca detrás de la oreja... "¿Qué diferencia hay entre el polvorón y el mantecado?". En realidad el polvorón es una modalidad de mantecado. Su nombre es sinónimo de Navidad y éstos sí que solo podemos encontrarlos en estas fechas. Bueno ahora en los supermercados te los quieren "encasquetar ya desde octubre"... ea... y si pudieran decir que ya es Navidad en febrero también lo harían. Odio eso. Los polvorones son tienen según se trate distintas proporciones de almendra, frutos secos, cacao, canela, esencias, azúcar glasé... no os calentéis la cabeza los polvorones son un tipo de mantecado. 


CURIOSIDADES 

  • Tenemos a Don Polvorón que es un personaje secundario de la serie de animación Hora de Aventuras, una de mis programas favoritos. Finn y Jake lo petan.

  • El polvorón más grande del mundo se elaboró en La Estepa y pesó más de 300 Kilos. No me gustan estas cosas, al final siempre se desperdicia comida. Podrían dedicar ese dinero a otras cosas más útiles o mandar el polvorón a un lugar que pase hambre. No me quiero ni imaginar la cara de la gente cuando lo descarguen del avión o lo lancen en paracaídas... que mala es la imaginación a veces. 
  • Mucha gente, eso espero al menos, chafa el mantecado con las manos antes de comérselo. Hay quien incluso se sienta encima, para evitar que se quiebre en las manos.

¿QUÉ BEBEMOS?

Un vino dulce sin duda. Yo te recomiendo una mistela, un cantueso, moscatel o cualquier vino dulce.

COMO LE LLAMAN A LOS MANTECADOS EN OTROS LUGARES
  • Castellano - Mantecado
  • Gallego - Bolo seco friável (según el traductor de google)
  • Alemán - Buttergebäck 
  • Francés - Sablé
  • Inglés - Shortbread
  • Italiano - Frollino
  • Holandés - Sprits

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lunes, 30 de septiembre de 2013

Soplillos de la Alpujarra ¿Cómo se hacen?

Buenos días a todos. Hoy por fin voy a subir la receta de los Soplillos de la Alpujarra. Lo cierto es que es una receta que tenía en los borradores desde hace ya algunos días pero que por unas cosas u otras no la había terminado. Hace cuestión de un mes me decidí a probar a cocinar estos dulces tan característicos. Aunque con el nombre de soplillos podemos encontrar muchos dulces tradicionales por España, los alpujarreños seguramente sean de los más llamativos y ricos. Son de origen morisco y sus ingredientes son la almendra, clara de huevo, miel, azúcar y limón. 
Tengo que reconocer supe de estos soplillos a raíz de elaborar los "archineopopulares" (ahí es ná) macarons franceses. En una de las recetas un bloguero comentaba algo así como... menos macarons y más soplillos que es muy parecido pero en versión española. Busqué imágenes y la receta... y me quedé como un Pokemom cuando pierde... PAM! Lo cierto es que era la 3ª vez que iba a preparar macarons... (la primera fue un desastre y la segunda un notable alto)... pero claro, cambié los planes y miré hacia los Soplillos de la Alpujarra como el que acaba de romper el jarrón más caro de la casa del vecino... tranquilos amigos Soplillos, os voy a compensar. 





INGREDIENTES 
  • 6 HUEVOS
  • AZÚCAR 300 g
  • ALMENDRA 150 g
  • LIMÓN 1
Las almendras tienen que ser crudas y si no encuentras puedes usar las tostadas. Puedes ir precalentando el horno a una temperatura de 100ºC.


A COCINAR!!!

1. Lo primero será tostar las almendras enteras crudas. En un sartén que sea antiadherente sin aceite ni sal y esté bastante caliente se ponen a calentar y vamos moviéndolas para que se vayan tostando. Este mismo proceso también se puede hacer en el horno. Se tarda muy poco, notarás como cambian de color pero ten cuidado que no se tuesten demasiado. 

2. Ahora vamos a separar las claras de las yemas. Las yemas las guardamos muy bien en un recipiente hermético en el frigo. Rallamos el limón y después le sacamos el zumo. Las claras las tenemos que llevar a punto de nieve a mano o con batidora de varillas. Mientras las batimos vamos añadiendo el zumo de limón poco a poco y lo mismo con la ralladura. Hay que tener paciencia en este paso. Las claras estarán listas cuando se formen picos al sacar la batidora y no se caigan. Ahora hay que añadir el azúcar poco a poco. La verdad es que este paso con la maquina se hace más rápido. Hay que ponerla poco a poco para que no bajen las claras. Por si no lo habéis notado estamos haciendo un merengue. 

3. Las almendras que ya hemos tostado y separado de la sartén, las vamos a picar en trozos de tamaños distintos. Para eso te aconsejo que lo hagas con un cuchillo grande sobre la tabla. El tamaño medio que sea como el de un piñón más o menos.  Ahora vamos a añadir la almendra al bol de merengue con mucho cuidado. Con una espátula vamos haciendo movimientos envolventes de abajo a arriba. Todo esto es para que no pierda espumosidad y quede más esponjoso. Ahora que ya tenemos la mezcla vamos a preparar nuestra bandeja del horno con papel sulfurizado (de hornear) y con una cucharita vamos haciendo montañitas. Tienes que dejar una buena separación entre los soplillos, porque luego se hacen más grandes y pueden pegarse. Los metemos al horno, previamente precalentado, a 100ºC durante al menos 2 horas. Pero el verdadero truco para saber cuando están hechos es cuando se desquebrajan y les salen grietas. Eso puede ser más tiempo del que os imagináis, tienes que ir mirando el horno, no desesperéis. Veréis que olor más rico se queda en toda la casa. 

4. Sacamos del horno y los dejamos enfriar. Si quieres puedes echarle un poco de azúcar glaseada por encima. Ya están listos.

PRESENTACIÓN

Para todos aquellos que alguna vez habéis preparado macarons o macarrones franceses seguro que el proceso os ha sido familiar. Son muy parecidos pero en "versión española". Tanto es así que dan ganas de colorearlos y ponerles otras esencias de sabores. Incluso de prestan ha ponerles glaseados o siropes por encima. Sería una buena forma de remasterizar a los Soplillos de la Alpujarra, aunque así tal cual ya son una maravilla para los sentidos. Hay quién ahora los prepara en cápsulas de magdalenas a modo cupcake. 

¿QUÉ BEBEMOS?

Son ideales para el café. ¿Yo? Un café con leche, y con eso puedo estar pegando saltos durante todo el día. 

ORIGEN

El origen de los Soplillos de la Alpujarra se remonta siglos atrás. Cuando los musulmanes habitaban la península. Eran expertos en repostería y lo curioso es que usando siempre la misma base de ingredientes eran capaz de combinarlos para hacer cientos de dulces diferentes. Antiguamente no se usaba azúcar, se hacían con miel. El azúcar llegó después desde América. Con el paso del tiempo la receta se refugió en los monasterios donde las monjitas elaboraban todo tipo de dulces para la Semana Santa o Navidad. Actualmente los Soplillos de la Alpujarra son preparados con mucha tradición en localidades como Murtas, Cádiar o Ugíjar pero también los podemos encontrar en Granada, Antequera y muchas otras poblaciones andaluzas. He visto dulces parecidos en otras zonas, pero les llaman suspiros, parece que la esencia es la misma. 

Espero que os haya gustado la receta de los Soplillos de la Alpujarra. Ya veis que son fáciles y rápidos de preparar, y están riquísimos. 

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lunes, 23 de septiembre de 2013

Ponche Segoviano


El Ponche Segoviano es uno de los dulces más tradicionales y típicos de la Provincia de Segovia. Así que tenemos los dos ingredientes claves... tradicional y típico, no podía faltar en mi colección de postres. La verdad es que escuché hablar por primera vez del Ponche Segoviano en un programa de televisión. Por el nombre pensé... "una bebida", pero nada que ver. Los principales ingredientes son el mazapán, la crema pastelera, el azúcar y el bizcocho. Su forma rectangular con su dibujo de rombos la hacen inconfundible. Me perdonen los segovianos, yo no conocía de este estupendo postre. Estad tranquilos después de probarlo, ya no lo olvidaré.





INGREDIENTES

BIZCOCHO
  • 6 YEMAS
  • 3 CLARAS
  • 75 g DE MAICENA
ALMÍBAR
  • 2 TAZAS DE AGUA
  • 2 TAZAS DE AZÚCAR 
  • LA PIEL DE UN LIMÓN 
CREMA
  • 3 YEMAS 
  • 1 CLARA
  • 125 g DE AZÚCAR
  • 50 ml DE AGUA
MAZAPÁN
  • 250 g DE ALMENDRA MOLIDA
  • 250 g DE AZÚCAR GLAS
  • 1 CUCHARADA DE AGUA
  • 1 CLARA
Si haces cuentas al final son 9 huevos lo que vas a necesitar. La almendra molida la puedes comprar en cualquier supermercado. No sirve triturada. También vas a necesitar un molde rectangular a ser posible.


1. Empezamos haciendo el bizcocho. Lo vamos a preparar al baño maría en el horno, así que puedes encenderlo ya y ponerlo a          . Batimos las yemas y las mezclamos con la maicena mientras seguimos mezclando. Las 3 claras las llevamos al punto de nieve y con movimientos envolventes las añadimos a la mezcla de maicena y huevo. Lógicamente perderá parte de su volumen, pero el bizcocho quedará más esponjoso que si lo mezclas todo junto. Vertemos la mezcla en nuestro molde rectangular. Añadimos agua a la bandeja del horno, como dos dedos y lo dejamos en el horno entre 15 y 20 minutos. Mucho cuidado al sacar el agua después, te lo digo por experiencia... no hubo víctimas tranquilos. Dejamos que el bizcocho se enfríe. Cuando se enfríe lo partimos horizontalmente en dos capas iguales. 

2. Ahora vamos con el almíbar que será lo que bañe el bizcocho. En un cazo ponemos el agua y el azúcar. También la cáscara de limón. En este punto hay quien le añade una ramita de canela. Es al gusto. Cuando comience a hervir lo dejamos 10 minutos. Ahora con la ayuda de una cuchara puedes ir mojando el bizcocho, para dejarlo "borrachito". 

3. Para la crema pastelera vamos a necesitar otro almíbar. En un cazo vamos a batir las yemas y la clara. Tienen que quedar muy homogéneas. 


En otro cazo ponemos el agua y el azúcar. Debe quedarnos un almíbar un poco más intenso que el anterior. Es decir más espeso. Eso lo puedes ver metiendo una cuchara dentro del cazo y sacándola hacia arriba. El hilo que se forma debe ser constante. Bajamos el fuego al mínimo y si es una vitrocerámica la apagamos, es el momento de verter las yemas en el almíbar. Debemos remover sin parar para que coja volumen. Las yemas no tienen que cocinarse. Yo recomiendo tener el cazo en la mano y acercarlo ligeramente al fuego. Cuando espese ya la tenemos hecha. Pero ten cuidado en este paso, porque la crema pastelera es muy ingrata. 

4. Una vez que tenemos nuestra crema pastelera vamos a rellenar el bizcocho como si fuera un sandwich de crema de cacao. También tenemos que poner una capa en la parte superior del bizcocho.  

5. Vamos con el mazapán. En este punto me acordé de alguna tarta de fondant que he hecho. Porque es una técnica parecida. Resulta que tanta repostería moderna y de diseño... y ya estaba todo inventado. Bueno en un bol ponemos la clara, la almendra molida el azúcar glas y amasamos. Si la masa queda demasiado dura puedes añadirle cucharitas de agua. Amasamos y finalmente extendemos la masa con un rodillo. Pon azúcar glass en la superficie que uses para amasar para que no se te pegue. Aplanamos hasta medio centímetro. Ahora viene el momento maña. Tenemos que cubrir con nuestro mazapán el bizcocho y es complicado que te salga a la primera. Te recomiendo que amases más superficie de la que tiene el bizcocho, porque también tenemos que cubrir el alto. Como si de un mantel se tratase colocamos encima nuestro mazapán y vamos plegando en las esquinas. Te puedes ayudar de un cuchillo para cortar los sobrantes. Cuando terminas de cubrirla realmente recuerda a las tartas que vemos por la tele decoradas con figuritas. 

6. Ahora toca decorarla al estilo tradicional... Espolvoreamos azúcar glass sobre la superficie. Para los rombos tenemos dos opciones. En teoría tiene que ser azúcar glass tostada, para darle esa forma de rombos tan peculiar te hace falta un molde que puedas calentar al fuego. De eso no tenemos todos en casa. Siempre puedes usar una varilla larga metálica, como los pinchos de la fondue. Yo doy dos alternativas: canela o azúcar moreno. Si lo haces con canela que no sea mucha cantidad, puedes hacer un molde con unos folios para que las líneas te salgan perfectas. Si usas azúcar moreno intenta machacarla antes con un mortero, o un molinillo para que te quede menos grueso el grano. 

Y ya tienes terminado tu Ponche Segoviano

PRESENTACIÓN 

Ya no se que más os puedo contar de la presentación... lo dije todo antes. Solo que una vez cubierta con el mazapán intenta que el diseño de rombos sea lo más bonito posible. Porque por muy rica que esté la tarta lo que se ve es lo de arriba y la imagen es importante. Como tiene crema pastelera debe estar siempre refrigerado y desechar lo que sobre pasados cuatro días. 

¿QUÉ BEBEMOS?

El Ponche Segoviano es un dulce contundente. Suele tomarse después de comer y con el café. Así que... yo un café con leche. También puedes optar pon un vino dulce tipo mistela o un licor de hiervas si eres más osado. 

ORIGEN

Es un postre que ha pasado de padres a hijos de generación en generación. He tratado de buscar más datos y  curiosidades sobre su origen pero no he encontrado mucho. Eso sí os dejo este enlace que me parece muy interesante. Habla de las propiedades y virtudes de este plato típico de la repostería segoviana. 

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sábado, 14 de septiembre de 2013

CÓMO HACER TURRÓN BLANDO CASERO

Dicen que "la cabra siempre tira p'al monte", será por eso que me encantan las recetas de mi provincia. Además en este caso es una receta de la que podemos sentirnos bien orgullosos, porque es conocida en el mundo entero. El Turrón es imprescindible en cualquier mesa durante la Navidad. Pues además de ser muy típico, muy antiguo y muy famoso... es muy fácil de preparar en casa. Así que ahora que aun hay tiempo para que lleguen las fiestas navideñas podemos empezar a practicar para saber como hacer nuestro propio turrón blando. En este punto vamos a diferenciar entre turrón duro o de Alicante y turrón blando o de Xixona.
Yo voy a enseñaros como se hace el blando, del duro ya me encargaré la semana que viene.
Bueno... VAMOS AL TURRÓN!! (no he podido resistirme a decirlo)






INGREDIENTES


  • 100 g DE AZÚCAR POLVO
  • 150 g DE MIEL MILFLORES
  • 250 g DE ALMENDRAS TOSTADAS MOLIDAS
  • 50 g DE ALMENDRAS ENTERAS TOSTADAS
  • 1 LIMÓN (UNA CUCHARITA DE RALLADURA) opcional
  • CANELA opcional
Con estas cantidades tendrás para dos o tres pastillas normales de turrón. Si quieres hacer más o menos solo debes adaptar la cantidad de ingredientes, no hay problema. Si no tienes miel milflores puede ser de cualquiera. La almendra entera preferiblemente debería ser de la variedad marcona (alicantina). Puedes tostarlas tu mismo en casa. 

AL TURRÓN!! (bis)

1. La almendra es una de las claves para hacer el turrón. Normalmente los turroneros usan almendra de la variedad marcona, que es muy típica de la provincia de Alicante. 
Yo recomiendo comprar las almendras crudas osea 300g. Las tostamos en una sartén con mucho cuidado porque se pueden quemar. Hay que moverlas constantemente para que eso no pase y queden doraditas. Separamos un puñado que usaremos para dejar tropezones y trozos más grandes y el resto las molemos hasta dejarlas casi como una harina o pan rallado muy fino. 

Con las almendras enteras haremos lo siguiente, las vamos a triturar en trocitos pequeños de distintos tamaños. Eso es cortarlas con un cuchillo en varios trozos para que no queden todas igual.
Bueno dicho esto... Al turrón!! 

2. Ponemos en un recipiente apto para cocinar la miel y el azúcar glas. Templamos a fuego medio bajo y vamos removiendo la mezcla para que se disuelva el azúcar. Puedes cambiar la cantidad de miel para que te salga más seco o menos, y la miel da igual la variedad que sea pero contra más espesa mejor. 
Opcionalmente puedes añadir un poco de canela y ralladura de limón a la mezcla. Pero es un poco a gustos de cada uno.

3. Mientras está templada la mezcla añadimos las almendras, tanto las molidas como las troceadas removemos bien durante un par de minutos a fuego bajo y reservamos. Cuando se haya enfriado un poco amasamos con las manos hasta que se forme una masa homogénea. En este punto puedes probarlo de sabor, aún estás a tiempo de añadir alguna especia o un toque personal.

4. Ahora hay que enmoldar la masa. Podéis usar un recipiente cuadrado cualquiera, hacer uno de madera a medida o usar incluso un cartón de leche partido por la mitad. 
Ponemos una servilleta de cocina o papel absorbente de fondo, después forramos el interior con papel de hornear y dejamos que sobresalga por arriba para luego poder taparlo por la parte superior. En la parte superior ponemos otro papel de cocina. El tema del papel de cocina es para eliminar el exceso de aceites. Ponemos un peso encima, que puede ser un cartón de leche o dos para que compacte la masa. La metemos al frigorífico y la dejamos allí durante unos días. Pero vigílalo a diario para ver como evoluciona. Si tu nevera es "nofrost" es posible que se quede más duro. Contra más días esté más compacta quedará la masa. 
Una vez al día hay cambiarles las servilletas, la de abajo con mucho cuidado para no romper el turrón. 
Cuando cambies las servilletas puedes mirar como va de consistencia y si está en un punto que te gusta ya lo puedes sacar. Al ser un turrón casero lo ideal es consumirlo en poco tiempo. 

CONSEJOS Y CONSIDERACIONES

- No es sencillo que esta receta salga bien a la primera. Si no te queda perfecto de primeras tienes que tener en cuenta que hay ciertas variables que son difíciles de controlar. 
- Te recomiendo que al menos un par de veces al día compruebes como va el turrón. Si se seca demasiado y está muy duro termina antes el proceso. Si por el contrario queda más blando es porque tiene exceso de humedad.
- Ten paciencia y sobre todo ten en cuenta que el turrón comercial se hace con máquinas especiales que no tenemos en casa. A mi no me salió bien ni a la primera ni a la segunda, pero fui rectificando hasta encontrar el método. Me pasó igual con las lentejas... o la fabada. Paciencia, tolerancia a la frustración y ánimo.

PRESENTACIÓN

Ya habéis visto que fácil y sencillo es hacer tu propio turrón blando o de Jijona en casa. Lo sacamos de la nevera y lo partimos en pastillas o porciones. Ya está listo para comer.




¿QUÉ BEBEMOS? 

Una mistela, o ya que estamos en Alicante un Cantueso. Un vino dulce le va genial, aunque el cava y la sidra también son muy utilizados con el turrón. 

VARIANTES

El turrón es en esencia, almendra, miel y azúcar. Todo lo que le añadimos después se pueden considerar variantes. Para el turrón blando hay quien lo mezcla con más frutos secos como avellanas y piñones. 

ORIGEN

No hace falta ser un genio ¿Verdad? Es un dulce de origen árabe. En Alicante se tenía mucha tradición porque es tierra de almendros y más concretamente de la variedad marcona. Que es ideal para este tipo de postres dulces. Existen referencias escritas del turrón desde el siglo XI. Estas sitúa el origen del turrón en la península arábiga. En aquel entonces se le conoce como "turun". En España se populariza desde el 1500 dC en la Provincia de Alicante, en la capital (donde yo vivo) y en Jijona. Existen documentos que acreditan que a los trabajadores de Alicante, durante el mes de Navidad les pagaban parte de su salario en forma de turrón. Ese es seguramente el origen de lo que hoy conocemos como "la cesta de Navidad". Con la llegada del cacao de América también llego el chocolate y en Alicante se dejó de elaborar turrón. Solo Jijona mantuvo esa tradición. A partir del siglo XVIII comienzan a elaborarse otras variedades como el guirlache. 
Actualmente el turrón sigue muy vivo y tiene su propia denominación de origen. Aunque muchas más marcas pretenden vendernos chocolatinas como "turrón de chocolate". Si no lleva almendra y miel no es turrón, son engendros publicitarios que aprovechan la campaña de Navidad y el buen nombre de este dulce para hacer su negocio ¿Se nota o no se nota que soy alicantino? Mira que me pongo a cantar el himno del Hércules en menos que canta un gallo eh! 
Espero que os guste la receta y que intentéis hacerla en casa, es muy sencilla. 
La semana que viene pongo la del turrón duro, lo prometo. 

jueves, 12 de septiembre de 2013

HUESOS DE SANTO... ¿CÓMO SE HACEN?

Mira por donde hoy me voy a poner religioso hasta los huesos... Vamos a aprender como se preparan los famosísimos Huesos de Santo. Seguro que todos habéis oído hablar de ellos aunque quizás no tengáis el gusto de haberlos probado. Es un dulce que se remonta a la época de la ocupación árabe en la península ibérica así que tienen mucha historia. Mucha historia pero ninguna complicación para hacerlos en casa. Con esta sencilla receta que me han contado vas a poder probarlos y comprobar lo bueno que es preparar tu repostería.


Foto gentileza de Lola en la Cocina



INGREDIENTES

Para el mazapán
  • 300 g DE ALMENDRAS MOLIDAS
  • 300 g DE AZÚCAR GLASS
  • 1 CLARA DE HUEVO
Para el relleno
  • 300 g DE AZÚCAR
  • 12 HUEVOS 
  • 150 ml DE AGUA
Para el almíbar
  • 300 g DE AZÚCAR
  • 150 ml DE AGUA

A COCINAR!!!

1. Mezclamos la almendra molida con el azúcar glas. Le añadimos la clara de huevo y removemos también toda la mezcla. Hasta que nos quede una masa. No te preocupes no va a tener mucha consistencia. El huevo que sea mínimo. Si te quedas corto de clara puedes ponerle una más. Ahora tapamos la masa con un paño y la dejamos reposar durante una hora en el frigorífico. Mientras nos ponemos a otras cosas.

2. Ponemos en un cazo el agua y el azúcar. Calentamos a fuego medio y removemos hasta que veamos que comienza a hervir. Lo dejamos unos diez minutos vigilando siempre la temperatura. Como saber cual es la textura ideal? Coges almíbar con una cuchara y lo vuelves a verter en el cazo. Debe hacer un hilo continuo y espeso, como miel. 

3. Ahora vamos con el relleno que es de yemas. Cogemos un recipiente y vamos poniendo las yemas. Mi consejo es te busque una tacita para abrir cada huevo y verter allí la clara. Porque si se te rompe una yema cuando llevas 11 huevos es una faena. Además si algún huevo sale malo lo podrás apartar a tiempo. Reserva las claras para hacer unas milhojas de merengue por ejemplo. Una vez que todas las yemas están en el recipiente las pasamos por un colador y las reservamos.

4. Ponemos el almíbar a calentar otra vez. Lo justo para que coja calor, tiene que estar a fuego lento. Ahora cogemos las yemas. Las vamos vertiendo poco a poco en el cazo, como si fueran un hilo y removemos. Poco a poco irá cogiendo consistencia, lo separamos del fuego y entonces si podremos usar las varillas eléctricas para que la crema cuaje. La textura tiene que ser tipo crema consistente. Como unas natillas espesas. Lo tapamos y refrigeramos por al menos unas dos horas. Con esto conseguimos que se vuelva menos líquida y sea más manejable.

5. Ahora llega el momento artístico. Hay que darle la forma a los huesos y eso puede ser complicado. Si le coges la maña te van a quedar bonitos, la cuestión es no desmoralizarse. Lo ideal seria hacerlos todos iguales. Haz tantas bolitas de masa como puedas, todas igual de grandes. Las amasas como churritos cilíndricos y les hacemos el agujero interior. Puedes hacerlo con alguna herramienta de cocina que tenga un mango fino y cilíndrico, con un bolígrafo (bien limpio)... eso lo dejo a tu elección. El resultado final debe ser un tubo del tamaño de un dedo más o menos. El agujero interior tiene que ser mayor que el diámetro de un bolígrafo, así que tendrás que ampliarlo con movimientos circulares. Deja bonitos los extremos y redondeados. Hay quien los hace sin necesidad de vaciarlos, como si fueran un canelón. 

6. Llega el momento álgido y ese es rellenar los huesos con las yemas. Para eso lo ideal es usar una manga pastelera o una jeringa de repostería. Rellenamos los canutillos uno a uno. Cuando ya estén todos los montamos en una bandeja sobre papel de hornear. Deben airearse durante al menos dos días y hay que darles la vuelta para que se aireen por los dos lados. Así que cuando lleven un día les damos la vuelta con cuidado. El mazapán se irá poniendo duro y eso le da el toque final a los huesos de santo. 

VARIANTES FINALES

Después de ver muchas recetas me di cuenta que había gente que cuando ya los tenía rellenos los rebozaba con azúcar glass y los dejaban secar en la bandeja. Otros los bañaban en almíbar y los dejaban secar durante más de dos días incluso. Este punto es el que más variaciones tiene. Yo te aconsejo la opción del azúcar glass. Si es la primera vez que los preparas es la mejor opción. Para la siguiente tanda ya aplicaremos otra técnica.

PRESENTACIÓN

Lo cierto es que no es un dulce rápido ni sencillo de elaborar, pero vale la pena el tiempo invertido. Su elaboración en los conventos es muy tradicional, aunque en Semana Santa y sobre todo en el día de Todos los Santos las pastelerías y panaderías de todas las ciudades tienen en sus vitrinas los inconfundibles huesos de santo. 
La receta atravesó el Atlántico y en México los huesos de santo también son toda una tradición muy ligada al Día de Muertos. Allí encontrarás los clásicos y muchas otras variantes. Los vas a ver de colores, rellenos de cremas diversas, de buttercream de sabores, decorados con texturas... 


Variantes de huesos de santo
¿QUÉ BEBEMOS?

Un vino dulce o un licor de hiervas... o tequila. Yo... un café con leche, gracias.

ORIGEN 

El nombre de Huesos de Santo viene dado por su forma alargada y exterior blanco. Puede parecer una tibia en miniatura y además al estar rellenos en el interior podríamos pensar que tiene hasta el tuétano. En fin, la verdad que lo miras y mucha forma de hueso no tiene, pero son tradiciones que se remontan siglos atrás. Además como se comen típicamente en la festividad de Todos los Santos... el nombre es perfecto. 

Espero que os animéis ha preparar los huesos de santo. Si lo hacéis no olvidéis comentármelo y mandarme las fotos para la nueva sección que preparo. 

Un saludo y... Con Dios!!! 

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miércoles, 11 de septiembre de 2013

COMO SE HACEN LOS PESTIÑOS, DULCE ANDALUZ

Los pestiños son uno de los dulces más tradicionales y ricos he comido nunca. Su sabor y forma son inconfundibles y pese a su nombre (un tanto galleguiño), son oriundos de Andalucía (también se elaboran en otras regiones como las Castillas). Yo aún no he tenido el gusto de poder prepararlos, los tengo en mi lista de pendientes, pero me han pasado una receta muy buena. Hace poquito pude probar unos que me trajo mi hermano y aunque no estaban recién hechos eran para empezar y no parar de comer. Son tan fáciles de hacer que seguro que antes de que termine el mes tendré una bandeja preparada.
Aunque suelen elaborarse para fechas señaladas como Navidad o Semana Santa, los puedes  encontrar todo el año en las pastelerías de Málaga entre otras localidades.



Vídeo receta paso a paso

INGREDIENTES 
  • HARINA DE TRIGO 1 Kg
  • 2 LIMONES
  • AJONJOLÍ (SEMILLA DE SÉSAMO)
  • MATALAHÚGA (ANÍS VERDE)
  • BICARBONATO
  • VINO BLANCO 1 VASO
  • ACEITE DE GIRASOL 1/2 L
  • ACEITE DE OLIVA SUAVE 1/2 L
  • AZÚCAR 
  • CANELA EN POLVO Y EN RAMA
Con estos ingredientes salen muuuuuchos pestiños. Si es la primera vez te aconsejo que los reduzcas a la mitad.

A COCINAR!!

1. Ponemos a calentar el aceite de oliva en una cazuela o cazo hondo. Pelamos los limones y nos quedamos con las pieles (no es ralladura de limón, es toda la piel). Cuando el aceite esté calentándose ponemos una cáscara, no hace falta que esté muy fuerte, no debe chisporrotear como si fueran croquetas. También añadimos una rama de canela. Consejo: para que la canela en rama te dure todo el año una vez abierta guárdala en un tarro de cristal. Añadimos dos cucharas de postre de matalahúga (anís en grano). Vamos a dejarlo así unos 5 minutos más o menos con cuidado de que no se queme la cáscara de limón.

2. Mientras, ponemos la harina tamizada en un bol grande. La mezclamos con el ajonjolí (unas cuatro cucharas rasas) y una cuchara de bicarbonato. Removemos y en el centro hacemos un agujero, es el "momento volcán". En ese agujero vamos a poner el vaso de vino blanco. Retiramos el aceite del fuego y le quitamos la cáscara del limón. Lo vertemos en el bol. Seguramente te hará un efecto como de burbujeo, el aceite debe estar recién sacado del fuego, no te asustes. Saldrá humo y se formará una espuma durante unos segundos. Hay que remover todo con una cuchara o espátula. Lo más rápido es usar las manos, pero con cuidado de no quemarte. La verdad es que no se pega nada y se puede amasar con facilidad.
Tened en cuenta que si la masa queda muy arinosa y no se compacta tendréis que añadir más aceite y vino hasta que tenga la consistencia que queremos.
No tienen que quedar grumos. La masa final será de color oscuro y muy manejable. La dejamos en el bol, le hacemos una cruz en el centro con un cuchillo y la dejamos reposar tapada con un trapo durante 20 minutos. Esto se hace para que suba un poco más. 

3. Pasado ese tiempo ya están listos para darles forma. Yo creo que de todo el proceso este es el más complicado porque se necesita un poco de arte o práctica. Pero como te sale masa para hacer muchos seguro que al final le coges el truco. Se trata de coger un trocito de masa, estirarla en forma de rectángulo o óvalo. De grosor como medio dedo (uno o dos centímetros), la cruzamos a lo largo como si cerrásemos una chaqueta con un botón presionando un poco para que se pegue un poquito más arriba que del centro. Así nos queda un extremo semicerrado y el otro abierto. No te van a quedar todos iguales no sufras. El tamaño es al gusto, hay quien los hace más grandes o más pequeños. 

4. Los vamos a freír en el aceite de girasol. Lo ponemos a calentar y también le añadimos la cascará del limón que nos quedaba y otra rama de canela. Lo dejamos unos minutos (debe estar a fuego medio alto), retiramos la canela, el limón y empezamos a freír. Ahora sí es una fritura normal, es decir debe burbujear bien. Para asegurarte que el aceite está en su punto échale un trocito de masa y cuando veas que comienza a freírse ya lo tienes listo. Mientras se fríen hay que darles la vuelta para que se doren por los dos lados. Los vamos secando y dejando en un plato con papel de cocina para que escurran el excedente de aceite. Puede pasar que al poner el pestiño en el aceite se te deshaga. Eso es porque no tiene suficiente harina. Añade más harina a la masa y no te pasará. Yo me volví loco la primera vez por ese fallo.

5. Ya solo queda ponerles el azúcar con canela. También hay quien los hace de miel. El azúcar y la canela en polvo se mezclan en un plato hondo, se coge el pestiño y se emborriza (reboza) en la mezcla. La proporción es un poco al gusto. Tienen que quedar bien cubiertos. Luego los ponemos en vertical sobre el plato para que con un par de golpecitos suelten el exceso de mezcla. Si fuera con miel solo tendríamos que ponerles un poco de miel por encima como si de sirope se tratara. 

PRESENTACIÓN 

Pues podemos poner un par de bandejas o platos, uno con miel y otro con azúcar y canela. Poco más hace falta para que los pestiños estén apetitosos. El aroma que desprenden es su mejor presentación.

¿QUÉ BEBEMOS?

Lo dulce siempre combina muy bien con lo amargo. El café sería lo más aconsejable. Pero si quieres tomar un vino dulce, anís o un licor de hiervas tampoco estaría mal En mi caso... café con leche, como siempre. 


ORIGEN

Es evidente que por los ingredientes podemos hablar de un dulce árabe. Con los años y tras la salida de los musulmanes nos quedaron sus tradiciones y sus dulces. La receta se refugió en muchos conventos donde hoy en día aun se prepara unos pestiños muy ricos. La tradición ha pasado de abuelos a nietos y hoy en día no podemos decir que sea un plato en peligro de extinción, sigue muy vivo y muy presente, por muchos años espero.

Ya tenemos nuestros pestiños preparados para comer. Veis que fácil y rápido? Si vais a prepararlos mandadme una foto y la pondré en una nueva sección en la que estoy trabajando.

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